Empezando por el Pirineo y la Mesa de los Tres Reyes (su nombre es debido a que se encuentra justo en el límite de 3 reinos, el de Navarra, el de Aragón y el vizcondado de Bearne, en Francia), siguiendo por Pamplona, su capital, ciudad sin duda de buenas universidades, buenos hospitales y de buenos encierros, y es que no podemos olvidar su patrón San Fermín, fiesta conocida en toda España.
Al este encontramos Sangüesa y muy cerca el Castillo de Javier (visita obligatoria) y el Monasterio de Leyre.
Tampoco podemos olvidarnos del Cerco de Artajona, un conjunto medieval que descubrí por casualidad y que me encantó.
Y por último Olite y su palacio, que aunque esté restaurado me enamoré de él tanto que si me hubiera casado fuera de mi tierra hubiera sido allí. Y es que el lugar que nos encantaba a mi marido y a mí era el Palacio Real de Olite.
Por supuesto Navarra tiene muchos más encantos, hoy os he relatado en los que he estado yo y como siempre unas fotos de esta maravillosa región.
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