Cuando buscamos nuestro vestido solemos tener una idea de lo que nos gusta, pero tenemos que ir con la mente abierta y probarnos de todos los estilos. (de volantes, lisos, palabra de honor, de un tirante, de encaje, con cola, sin cola, con velo largo, con velo pirata, sin velo...)
En la búsqueda, normalmente las novias no vamos solas, suelen acompañarnos madres, hermanas, amigas... e incluso en algunos casos la suegra y nos aconsejan cual nos queda mejor y cual peor según su criterio (algunas veces aciertan y en otras se equivocan).
Otra cosa también muy importante suele ser el dinero, ya que el vestido de novia no suele ser barato. Por suerte el mercado hoy en día es muy amplio y tenemos de todos los precios e incluso podemos comprar uno de una temporada pasada y conseguir un muy buen descuento.
Normalmente cuando nos probamos nuestro vestido notamos algo diferente y sabemos que ese es el principal candidato. En mi caso así fue... ya desde que lo ví en la percha lo miraba de reojo y después de probármelo cuando tenía puesto otro sólo pensaba en "mi vestido".
Sin duda es un momento muy especial.
Os pongo mi vestido.
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